JOSÉ PEDRO “VICTOR” ANDRICH
UN MES SE CUMPLE, DE TU PARTIDA FÍSICA
Más allá de la partida física de este
cuerpo que nos ayuda a transitar la vida en el mundo terrenal, como reconocimiento
póstumo, recordamos a la persona cuya vida no pasó desapercibida para muchos en
nuestra zona. Y esto último es permanecer vivo a través de las obras y las
anécdotas que moran en las memorias y los corazones de muchos jardinenses.
Este entrerriano y victoriense,
nacido el 26 de junio de 1942, se afincó desde muy joven en la tierra colorada
para ejercer como maestro, inicialmente en la Escuela 318, ubicada en Hipólito Yrigoyen,
donde conoció y se casó con Carmen Patzer, con quien tuvo 3 hijos: Oscar,
Fabián y Javier.
Sus vivencias en esta pujante colonia
del “monte del Ñacanguazú”, era recordada por sus vecinos, ya que no solo trabajó
en las aulas; con los escasos recursos con que contaban, también tuvo que
incursionar en enfermería, construcción, cocina, organización de fiestas
patrias y hasta de emocionado payador gauchesco. Para dar respuestas asertivas
según la necesidad lo ameritaba. Luego de casi una década, se trasladó con su
familia a Jardín América, continuando su actividad docente en la Esc. 284, y durante
un período, también como Secretario de la Municipalidad local.
Se definía como “a-político”, pero no
tardó en incorporarse a la vida social de la comunidad, participando y llegando
a conducir los destinos de varias instituciones, como la Cooperadora de la ENET
N° 2 (actual EPET N° 7), el Club de Pesca Ingá (donde con su entusiasmo llegó a
construir un enorme tinglado, cocina, baños y bajada de lanchas), aunque su
mayor logro seguramente fue la concreción del edificio de AJUPAPROM, durante su
gestión al frente de la entidad.
Todo lo que hizo lo encaró con un gran
empuje, tanto en el ámbito público como en el privado. Cuando el pádel se puso
de moda por primera vez, ya no era joven, pero no tardó en destacarse en su
categoría, llegando a representarnos a nivel nacional. Su pasión por este
deporte, hizo que concrete un emprendimiento muy particular: montó una pequeña
fábrica de paletas con la marca de su otro apodo como jugador de frontón en su
pueblo natal: “pega fuerte”. Era admirable su capacidad para adaptarse a los cambios
cada vez más rápidos de la tecnología, algo poco frecuente para personas de su
edad. Arreglaba computadoras e instalaba sistemas operativos, discos y
antivirus, hasta sus últimos meses de vida.
La amistad, la honestidad y el
cumplimiento de los horarios eran sagrados para él. Por un amigo lo daba todo… no
aceptaba la impuntualidad, era sensible, memorioso, metódico y obediente con
esmero a estatutos y reglamentos; se enamoraba de sus autos y los cuidaba como
a sus seres más preciados.
En
sus últimos años, por elección de los socios, integró el Consejo de
Administración de la Cooperativa de Servicios Públicos de Jardín América Ltda.,
como Secretario; y finalmente, ocupó cargos en el Órgano de Fiscalización,
hasta su fallecimiento el día 21 de julio de 2.024.
José Pedro “Víctor” Andrich, dejó
huellas en cada persona que lo conoció y ha compartido con él en este contexto,
y sigue vivo entre nosotros, cada vez que lo recordamos en sus argumentos muy
bien fundamentados y en sus obras muy bien concluidas. Es y fue de esas
personas a quienes extrañamos. Hasta siempre querido Víctor.